19/9/10

¿Qué fue de Ari y Freija?

Las dos galguitas siguen felices con Mari Paz y Alejandro.  Mari Paz nos cuenta un poco…

Hoy mis ladridos toman voz humana para contaros nuestras primeras vacaciones. Thor, el no-galgo, ya había estado de vacaciones con los amitos, porque llegó el primero a la familia hace ya muchos años, pero nosotras, las galgas, todavía no. Yo, como soy viejita, me tiraron de un coche porque ya no servía para cazar y no lo he pasado demasiado bien en la vida, así que en mis vacaciones de jubilada, he disfrutado el doble.

Por lo que escuchamos, parece ser que no podíamos irnos "por el dinero". No sé muy bien qué es eso, pero parece que, por desgracia, debe ser algo importante. Thor nos había contado que las vacaciones eran estupendas: Los amitos te llevan a un sitio nuevo, ellos están todo el día contigo porque no tienen que ir a trabajar, están siempre de buen humor, haces muchas excursiones..... Y al final del día, uno se desploma en el canasto, rendido de lo bien que te lo pasas. No sonaba nada mal.

Así que, cuando vimos las maletas y tanto movimiento por casa, levantamos las orejas y abrimos bien los ojos. ¡Aunque fueran las cuatro y media de la mañana! Y cuando cogieron nuestro pienso, los comederos, los canastos.....¡SÍ! Por fin nos íbamos de vacaciones.

Como somos "familia numerosa" les tuvieron que dejar un carro para enganchar a la furgoneta y así poder meter en él nuestras camas. Y allí estábamos los 6, metidos en la furgoneta rumbo a las desconocidas pero ansiadas “vacaciones" sin pasar desapercibidos en ningún aparcamiento. Fueron bastantes horas de viaje, de vez en cuando parábamos para beber y "desbeber", pero mereció la pena.

Por fin llegamos a una casa preciosa (Can Mau, la llamaban los amitos) que tenía un jardín muy verde y allí estuvimos 5 días. No es mucho, pero creo que ese tal "dinero" del que hablaban nos impidió estar más. Oíamos a la amita decir que por fin había resarcido a sus pequeños de tener vacaciones y que se fastidiaran las personas que nos habían abandonado, porque ahora disfrutábamos de cosas antes inimaginables. Y, desde luego, así es ¡Un día incluso fuimos a la playa! Nos costó encontrar una en la que no hubiera nadie, pero la encontramos y aquello nos impresionó realmente. Nunca habíamos visto tantísima agua junta. La mirábamos intrigados..... Pero qué azul y qué bonito era todo. Os mando una foto mía para que veáis lo que disfruté. No hizo falta que me dijeran que sonriera para la foto. Los amitos estaban tan contentos al volver a casa que le decían a todo el mundo lo bien que nos habíamos portado.

Las vidas de los 6 han cambiado mucho desde que estamos juntos. Somos muy felices y poco a poco vamos olvidando todas las penas que "ocupaban" antes nuestras mentes y rellenándolas con recuerdos bonitos. Ójala que muy pronto todos los galguitos tengan una vida digna y sin sufrimiento (esto es de parte de mis amitos).

Ari